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We at the International Secretariat of Global Alliance Against Traffic in Women (GAATW) join our members, partners, and friends around the world to commemorate the 16 Days of Activism Against Gender-Based Violence (GBV). We are inspired by the resilience and dedication of our colleagues who do not give up despite the old and new challenges.
This year's theme, “Towards Beijing +30: UNiTE to End Violence Against Women and Girls,” highlights the progress made in challenging the norms, policies, and systems that sustain inequality and harm. It also serves as a sobering reminder that we have a long way to go. There are still many policies and practices that jeopardise the progress that was made after long years of struggle and new challenges are coming up daily.
We would like to mention the recent struggles of two of our member organisations who are frontline human rights defenders of migrants, refugees and displaced persons:
In Argentina, AMUMRA, a collective of migrant and refugee women, experienced a raid and vandalism at their office. They have issued a statement condemning the new administration’s agenda, which they believe aims to silence and dismantle all social and solidarity organisations that critique the regressive policies. They feel that they are being persecuted because certain people in power are hostile towards working class organising and women’s collectives. They report that racist discrimination towards migrants and refugees is restricting their ability to exercise and protect their rights.
Anti-Racism Movement (ARM), a GAATW member in Lebanon, has been working with migrant communities for many years. The intensified airstrike attacks on Lebanon have brought new risks and challenges for them and the communities they work with. ARM has released an urgent call to the IOM for intervention to ensure that emergency shelters are accessible for stranded and displaced migrants. They report that migrants in Lebanon currently face aggravated difficulties due to the unfair armed conflict in the country.
These are just two examples among many which show that while no one is free from the risk of gender-based violence, certain communities are at a heightened risk. Growing inequality between and within countries, armed conflict, and agrarian and climate crises are driving many people out of their homelands to look for safety and dignity elsewhere. While policies and mainstream attitudes towards migrants are largely antagonistic, there are human rights defenders in every part of the world who are speaking up against violence and injustice. Unfortunately, we have noted that migrants, refugees, displaced people as well as their advocates are facing repression in many parts of the world.
We call for solidarity and coordinated action to hold states and their judicial systems accountable and demand fair and equitable rights protection. We demand that states prioritise the safety and freedom of those advocating for gender justice and a world free from violence.
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Declaración de la Alianza Global contra la Trata de Mujeres en conmemoración de los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género
En el Secretariado Internacional de la Alianza Global Contra la Trata de Mujeres (GAATW, por sus siglas en inglés) nos unimos a nuestros miembros, socios y amigas de todo el mundo para conmemorar los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género. Nos inspira la resiliencia y la dedicación de nuestras compañeras que no se dan por vencidas a pesar de los nuevos y antiguos desafíos.
El tema de este año, “Hacia Beijing +30: ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas”, destaca los avances logrados en el desafío a las normas, políticas y sistemas que sustentan la desigualdad y el daño. También sirve como un recordatorio aleccionador de que tenemos un largo camino por recorrer. Todavía hay muchas políticas y prácticas que ponen en peligro el progreso logrado después de largos años de lucha, mientras que continúan surgiendo nuevos desafíos todos los días.
Nos gustaría mencionar las recientes luchas de dos de nuestras organizaciones miembros que son defensores de primera línea de los derechos humanos de las mujeres migrantes, refugiadas y personas desplazadas:
En Argentina, AMUMRA, un colectivo de mujeres migrantes y refugiadas, sufrió un allanamiento y actos de vandalismo en su oficina. Han emitido un comunicado condenando la agenda del nuevo gobierno, que creen que tiene como objetivo silenciar y desmantelar todas las organizaciones sociales y solidarias que critican las políticas regresivas. Sienten que están siendo perseguidas porque ciertas personas en el poder son hostiles hacia la organización de la clase trabajadora y los colectivos de mujeres. Nuestras compañeras denuncian que la discriminación racista hacia las migrantes y refugiadas está restringiendo su capacidad de ejercer y proteger sus derechos.
El Movimiento Antirracismo (ARM), miembro de la GAATW en el Líbano, ha estado trabajando con comunidades migrantes durante muchos años. La intensificación de los ataques aéreos en el Líbano ha traído nuevos riesgos y desafíos para ellos y las comunidades con las que trabajan. El ARM ha lanzado un llamado urgente a la OIM para que intervenga con el fin de garantizar que los centros de refugios de emergencia sean accesibles para las migrantes desplazadas. Informan que las migrantes en el Líbano enfrentan actualmente dificultades agravadas debido al injusto conflicto armado en el país.
Estos son sólo dos ejemplos entre muchos que muestran que, si bien nadie está libre del riesgo de violencia de género, ciertas comunidades corren un riesgo mayor. La creciente desigualdad entre los países y dentro de ellos, los conflictos armados y las crisis agraria y climática, están obligando a muchas personas a abandonar sus países de origen en busca de seguridad y dignidad en otros lugares. Si bien las políticas y las actitudes dominantes hacia los migrantes son en gran medida antagónicas, hay defensores y defensoras de los derechos humanos en todas partes del mundo que se manifiestan contra la violencia y la injusticia. Lamentablemente, hemos observado que las personas migrantes, refugiadas y las personas desplazadas, así como sus defensores y defensoras, se enfrentan a la represión en muchas partes del mundo.
Hacemos un llamado a la solidaridad y a la acción coordinada para exigir a los Estados y a sus sistemas judiciales que rindan cuentas, a la vez que exigimos una protección justa y equitativa de los derechos. Exigimos que los Estados den prioridad a la seguridad y la libertad de quienes hacen incidencia por la justicia de género y por un mundo libre de violencia.